¿Encuentras útil tu Plan de Viabilidad?
Muy pocos, hoy en día, son los que ponen en duda la utilidad del Plan de Negocio, para poner en marcha una idea o un proyecto.
En los últimos años hemos pasado del todo vale, al desarrollo de planes de negocio muy elaborados, donde no se escapa ningún escenario posible, en los que intentamos anticipar una respuesta a todo lo que queremos hacer en el proyecto. Matriz DAFO, cuadro CANVAS, …
Para la obtención de determinadas subvenciones hay que presentar un plan de viabilidad, bastante estándar, que avale el contenido del proyecto. A pesar de lo que parezca, estos planes, son un respaldo a la maduración de tu idea antes de ponerla en marcha. Por eso, tratar al Plan como un tramite burocrático, o desarrollarlo cuando ya tienes el negocio montado es muy poco efectivo (aunque esto último siempre será mejor que no tenerlo).
Una vez que hemos conseguido la financiación que necesitábamos, la subvención que nos correspondía, el socio que buscábamos,… a menudo nos olvidamos de este Plan de Negocio, y lo guardamos en una cajón o en un archivo ...
Realmente, una vez plasmado este Plan de Negocio sobre el papel, incluso después de la puesta en marcha del negocio, ¿quien vuelve a mirarlo?
¿para qué se elaboró ese plan de negocio?, ¿realmente quieres saber dónde estas y hacia dónde quieres moverte?
Cual es el problema al que se enfrenta el Plan de Negocios:
- Que no ponemos la realidad del proyecto. Como se suele decir, en Excel o Word, cabe todo, y a menudo planteamos objetivos que sabemos que no vamos a cumplir,
- Pero el más importante… es que hacemos del Plan de Negocio un elemento cerrado, inamovible, y cuando no podemos ajustarnos a él, lo descartamos.
El plan de negocio es nuestra guía de viaje, pero tenemos que irlo reescribiendo a medida que vamos tomando decisiones en la empresa, y estas decisiones nos llevan a escenarios no planificados. Y esta es la dificultad.
Para subsanar este dificultad, el Plan de Negocio hay que acompañarlo de un Plan de Presupuesto y un Plan de Objetivos, como si de un Proyecto se tratara, para reescribirlo, valorar las acciones realizadas, y conocer el grado de cumplimiento de aquello que queremos alcanzar.
Y de esto, ya hablaremos más adelante.